viernes, 22 de septiembre de 2017

Hasta que nuestros EGOS nos separen.

Cuando uno se casa por la iglesia, el sacerdote suele decir: “Hasta que la muerte los separe”; sin embargo, mucho antes de que el momento de la muerte llegue, muchas parejas se separan debido a las terribles diferencias que surgen durante la convivencia diaria. Es de esperarse que dos personas que vienen de hogares diferentes, tengan visiones del mundo muy distintas. Pensar que al casarnos esas diferencias se reducirán debido al amor, es tanto como pretender comprar un objeto sin saber las características que tiene.

¿Por qué hablar de EGO? El ego es lo que le da identidad a una persona, ¡quién supone que es ella!. Sin embargo, en este artículo hablo más bien del concepto de cuando una persona tiene un gran ego. Es decir que considera que su verdad, es la única. Podríamos equipararlo con lo que conocemos como una persona ególatra. Que muestra un exagerado “amor” por si misma… ¿Amor? O más bien, una sobrevaloración de quien cree que es. Me refiero específicamente al caso de dos personas que vienen a la relación con grandes demandas acerca de cómo deberían ser las cosas, pero que además no solo exigen, sino que son incapaces de ceder o dar por el bien de la relación. Ustedes se preguntarán entonces ¿Cómo dos personas con semejantes características se sienten atraídas? La realidad es que detrás de esas personalidades superiores, existen dos seres llenos de miedo a ser rechazados, ansiosos de ser amados.

La aparente seguridad con la que presentan en lo social, se fundamenta generalmente en cosas externas: en su belleza física, en su posición social o laboral..  que les hace presentarse como algo deseable a la hora de establecer una relación con otra persona.

Pero, con el tiempo, y fruto de la convivencia frecuente, poco a poco van apareciendo las carencias que estaban allí, detrás de bambalinas. Esas peleas terribles derivan de su falta de tolerancia a ceder su posición, ya que la razón tiene que estar de su lado. Si se atrevieran alguna vez a abrir su necesidad de ser aceptados, quizás el pronóstico fuera favorable para salvar esta relación. Pero para poder ser aceptado habría que reconocer que no se es perfecto, que no siempre se tiene la razón y que a pesar de todo merecemos ser amados.

La lucha de egos, o por el poder, se da generalmente en personas que son “exitosas” en otras áreas de sus vidas. Pero en el área emocional se quedaron en etapas muy tempranas, donde no recibieron suficiente amor, atenciones, aceptación ya que estas vienen de saberse amado a pesar de las limitaciones.

El camino hacia la recuperación de nuestro verdadero ser, inicia cuando de pronto seamos capaces de reconocer que de nada nos ha servido pelear por una verdad, que nos hace infelices y que deja un hondo vacío en nuestros corazones.

Amar a alguien implica conocerlo en todas sus facetas y asi aceptarlo. Amarte a ti mismo, implica algo similar. Pero ser capaces de bajar la guardia con humildad para caminar a un lugar neutro, donde podamos ayudarnos a crecer con nuestra pareja, es una decisión de valientes…


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Me lanzo al ONLINE

Holaaaa... Me da mucho gusto saludarte luego de un buen de tiempo que no pasaba por aquí... Te cuento que este ha sido un año maravi...